A punto de terminar el año, parece que lo que toca es desearse felicidad, salud y éxitos para el año que está a punto de empezar pero, ¿por qué se nos olvida dentro de una semana? ¿por qué un cambio de día, o de mes, es más importante que los demás y saca de nosotros los mejores deseos? … La verdad, es que el porqué es lo de menos, y lo que importa es que efectivamente nace en nosotros esa buena persona que llevamos dentro y que nos hace decir ¡Feliz año nuevo!
Pero además de un feliz año, así en general, también nos gustaría desearos…
Que la «magia» de estas fechas se mantenga cada día. Que no dejéis de luchar cada día por vuestros sueños. Que la ilusión de los propósitos de año nuevo se mantengan todo el año. Que las buenas palabras y deseos que surgen en estas fechas desde el fondo de nuestra alma, se mantengan y crezcan durante cada día de cada año. Que cualquier día, y cada día, sea bueno para tender una mano y decir «feliz día» con la ilusión con la que ahora decimos feliz año. Que construyáis, cada día, el poquito que le toca a cada día, y no os falte la paciencia para alcanzar el resultado. Que os merezca la pena el esfuerzo para alcanzar cada meta y seguir creciendo un poquito cada día. Que si hay una caída, tengáis la valentía de levantaros.
También os deseamos el coraje para decir basta. Que olvidéis a aquellos que se han olvidado de vosotros. Que podáis cerrar puertas y abrir ventanas. Que no os conforméis, que no os quedéis con la culpa, que os atreváis. Os deseamos que os queráis y os quieran porque sí. Os deseamos locuras y risas y también errores de los que aprender. Os deseamos viento para dejaros llevar, colores para los días grises, paraguas para las tormentas y lluvia que limpie. Os deseamos abrazos sinceros, brindis con los labios, huracanes de emociones, viajes y nuevos recuerdos.
Y que lleguéis al 31 de diciembre de 2019 con más ganas de seguir manteniendo vuestra ilusión y vuestros deseos para otro año más.