¿Cómo no meter la pata, si es tan fácil?

Justo esta frase fue lo segundo que me dijo un amigo después de haber sido víctima de un fraude en internet.

¿Cómo tengo que hacer para no meter la pata cuando es tan fácil hacerlo y tan difícil darse cuenta de un fraude cuando vas a mil?

Él es el propietario una empresa que trabaja a nivel internacional. Compra equipamiento y tecnología industrial. Robótica. Estaba en conversaciones con una empresa extranjera para comprar un dispositivo con un valor de compra de unos 50.000 €. Habían hablado, incluso personalmente, durante meses. Todo correcto. Además, había pedido referencias de la empresa y eran excelentes.

En los últimos pasos de la negociación, le transmitieron una cuenta bancaria en un banco en el Reino Unido. Cuando iban a hacer la transferencia, llegó un nuevo mensaje… cambio de cuenta en otra entidad en otro país. Nada extraño, en principio, al tratarse de una multinacional.

Así que todo parecía correcto. Tenían que hacer una transferencia por el 30% del importe para bloquear la operación. Hecho. Un buen negocio para mi amigo.

De repente, al cabo de unos días, llega un correo de la empresa… ¿Por qué no había hecho la transferencia? Le preguntaron… revisó… y se quedó pálido. Alguien había entrado en la conversación… un cambio de cuenta de correo.

Una letra menos en el dominio!!. Eso sí, con toda la información. No había duda de que alguien había estado espiando las conversaciones y en el último momento se hizo pasar por el cliente … y … el resto ya lo os lo podéis imaginar. 15.000 € han «desaparecido» y lo peor de todo es que eran ellos mismos los que le habían «dado al botón» con toda la confianza de estar haciendo algo bien.

Muchísimo cuidado con estas cosas. Hay herramientas para protegernos, pero la primera herramienta para hacerlo somos nosotros mismos. El mejor y mayor cuidado es no confiar salvo en transacciones que son más o menos habituales para nosotros. Comprobar y volver a comprobar.

Por suerte, mi amigo había contratado una póliza de ciberriesgo, que le cubrió buena parte del fraude y están intentando arreglar la situación con el banco en Reino Unido. Es bastante difícil que llegue a conseguirlo, pero intentarlo es lo único que puede hacer ahora mismo.

Las personas y nuestros tiempos pueden hacernos perder mucho más de lo que creemos que hemos ganado.

Ahora mi amigo tiene que recuperar la confianza. Le han engañado. Y eso hace que se deje de confiar hasta en lo que es seguramente cierto.